No sé por qué se me ocurrió leer hoy a la asturiana. Me gustan sus poemas cuando comentan una imagen o cuando parecen fragmentos de diálogos interrumpidos hace tiempo.
Uno va, busca complicidad en el misterio y encuentra a una Virgen sentada en el jardín.
Le reza un verso de Olvido:
Le reza un verso de Olvido:
“El alma emprende el vuelo”.
Después ¿cómo no tener un sueño tranquilo?
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