Wednesday, September 29, 2004

Barbara y Göttingen

29-09-04:
Soñe anoche que yo era Roland Barthes y conversaba a las ocho en el Flore con Severo Sarduy. Después me di cuenta de que yo no era Roland Barthes sino Roberto Bolaño haciendo ejercicios de estilo y dejando solo a Sarduy por seguir a una mujer vestida de negro que pasaba frente a mí. Después soñé que esa mujer era Barbara y tarareaba Göttingen.

Monday, September 27, 2004

Bonjour, tristesse

27-09-04:

El viernes pasado murió Françoise Sagan, la que fue joven maravilla de la narrativa francesa cuando apenas comenzaban los cincuenta. "Le Monde" dio la noticia el sábado con un homenaje a su libro mítico. Tituló "Adieu Sagan, bonjour tristesse". En las páginas interiores aparecieron artículos y fotos. Me detuve en una: la Sagan está en Suiza, en los años cincuenta. Con sus manos se ajusta un gorro. Su brazo derecho le cubre casi la mitad de la cara y podemos ver un ojo que nos mira y un cigarrillo que sale de sus dedos como un signo de la mitad que la Sagan nos veda. Está bella en la foto, sin duda. Ya ha escuchado mucho jazz en Saint-Germanin-des-Prés y bebido mucho whisky en su esplendor bohemio . El modo de sostener el Chesterfield delata esa experiencia.

Saturday, September 18, 2004

París Mar

Es marítimo el París de Baudelaire. A ese París me voy ahora.


Thursday, September 16, 2004

Mares

16-09-04:

Techo de la ballena, mar de los vikings.
El mar, el joven mar, mar de Borges,
mar de grises olas de Eric el Rojo,
alto en su proa,
mar Rojo de Eritrea, mar de la Tierra Prometida,
mar de Trafalgar,
dísticos de Borges para el incesante mar
que en la serena mañana surca la infinita arena;
marea, mareo, marejada, maremagnum,
ese mar es mío,
sí mar carmesí, mar de Irlanda,
mar de las Islas Afortunadas, mar canario,
mar de Tomás Morales, mar azul de mi Patria,
mar de Ensueño, mar de mi Infancia y de mi Juventud...
mar Mío,
mares de Pessoa me llaman,
me llaman lejanías de Alvaro de Campos,
todas las lejanías,
todas las épocas marítimas sentidas en el pasado
siguen llamándome,
mar de los teatros en la oda a Venecia de Pere Gimferrer
(tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos).
Mar territorial, mar afuera, mare nostrum,
mar de Capri y mar de Tintoretto,
mar de Eielson,
mar de estas letras que me buscan
y me encuentran a diario
frente a mi sagrado mar Rojo.

Wednesday, September 15, 2004

Ejercicios frente al mar Rojo

15-09-04:
Recordar mañanas frente al mar Rojo.
Recordar frente al mar Rojo mañanas.
Al mar Rojo, recordar.
Al mar Rojo, frente.
Al mar Rojo, mañanas.
Amar al mar Rojo.
Alma: mar Rojo.
Amaña al mar Rojo.
Sana mañanas frente al mar Rojo.
Mar recordar.
Mar mañanas.
Mar frente.
Mar al.
Mar Rojo.
Recordar recordar.
Recordar mañanas.
Recordar frente.
Recordar al.
Recordar mar.
Recordar Rojo.
Recuerdos rojos frente al mar mañana.
Rojos mañana frente al mar recuerdo.
Mares rojos frente al recuerdo mañana.
Mañana, mar, rojo, frente al recuerdo.
Al rojo recordar, mañanas frente mar.
Recordar mar. Rojo al frente, mañana.
La mar violeta. Violeta Rojo.
Mañana mar Rojo al recordar.
Al mañana, el mar Rojo recordar.
Al recordar mañana María Rojo.
Al rojo vivo la mañana frente al mar.
Frente al mañana el mar Rojo recuerda.
Frente al mar Rojo, mañana.
Recordar. Dar mar. Dar mar. Dar mar.
Eco. Eco.
Rodar. Rodar.

Tuesday, September 14, 2004

El mar

14-09-04: Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera. Es Antonio Machado. Por eso el mar es el morir. Del mar venimos y hacia el mar nos vamos.

Según Cirlot –lo leyó ayer Filomena- el mar es fuente de la vida y final de la vida. “Volver al mar” es como retornar a la madre, es decir, morir para volver a nacer y para volver a morir y para volver a nacer...

Y para volver a Valéry: el mar, el mar, sin cesar empezando.

Y el Mar del Levante español, mar de Juan Gil-Albert, “entretenido en su constante afán” para “mirarlo largamente, tendido a sus orillas”.

Mar alicantino de Carlos Sahagún ¿pero has visto el mar? Te contaré que soy el mar y puedes creerme.

¡Miradme, que pasa el mar!

Pasa Alberti.

Pasamos todos.

Sunday, September 12, 2004

Wallace Stevens

12-09-04: Luis Alberto Crespo tiene en su bolso un libro de Wallace Stevens. Es la edición del Círculo de Lectores/ Galaxia Gutenberg, una antología de poemas traducidos por Andrés Sánchez Robayna. Luis Alberto saca el libro, elogia la traducción y me lo pasa. Lo abro, y vuela hacia mí, de repente, un poema en cuyos primeros versos puedo leer una maravillosa idea. No recuerdo ahora los versos, pero sí el momento en que Stevens sale de su habitación (donde el mundo casi no existe) y, ya en la calle, se da cuenta de que el universo todo es ese árbol, esa nube, esa montaña. Nada más.

Vicente Gerbasi

Es mediodía. Leo “Los espacios cálidos” de Vicente Gerbasi y encuentro de nuevo hermosos muchos de sus poemas, luminosas muchas de sus imágenes. Retengo una:

“El amanecer tiene un olor de mujer despeinada que sale del mar”.

El lenguaje de los dioses

Navega viento en popa Filomena y lee Asela del mexicano Eraclio Zepeda. Lo lee en voz alta, como lo hacía Naudy Lucena, su profesor de literatura en los ochenta: “Eres la mar profunda habitada de sorpresas: hay peces extraños en tu vientre, sueños de marino en la baranda, viejos navíos sepultados en el fondo”. Y por allí se va Filomena, hasta los reinos sumergidos e inextinguibles que Alvaro Cunqueiro ya había descubierto en el misterioso mar de los gallegos.

Se encuentra ahora Filomena frente al archipiélago cantado por Hölderlin y repite sus versos para dirigirse con ellos al dios del mar:

“¡Dejadme recordar el silencio en tus profundidades!”.

Y se detiene, radiante y serena, porque ha comprendido el irrepetible lenguaje de los dioses.

Thursday, September 09, 2004